"Él sí tenía un juicio establecido sobre lo que sucedía. Era la decadencia irreparable.
—Esto es sólo el inicio. A mí no me extraña. Yo ya lo venía pronosticando desde hacía tiempo. La ciudad está llena de idiotas, y esto se contagia. ¿Cuántos idiotas hay en esta casa? Yo he visto muchísimos. Casi todos. ¿Sabéis lo que pienso?: que vuestros malditos exánimes son la gente sana que intenta refugiarse frente a la idiotez. A mí me caen bien. Mucho más que otros."
La razón del mal (Rafael Argullol, 1993)
No hay comentarios:
Publicar un comentario