Blancanieves.
Robert Walser.
1902. 57 páginas [55-112].
Ed. Icaria. Traducción de Carlos Ortega.
Blancanieves es un dramolette escrito por Walser a los 24 años y que publicó en la revista Die Insel. Se trata de una obra, por tanto, que publicó antes incluso de Los cuadernos de Fritz Kocher.
En ella Walser revisa el mito del cuento de los hermanos Grimm, situando la acción justo donde termina el cuento. Uno de los aspectos más interesantes de la obra es su referencialidad, que sitúa el plano de la metaficción en un grado distinto al cervantino, puesto que los personajes aquí no hacen referencia al cuento de los Grimm como personajes reales, sino como personajes mismos, es decir, que ellos mismos hacen referencia al cuento del que salen y cuestionan su veracidad en un plano casi metafísico.
Así, el personaje de Blancanieves repudia o reniega más bien, del amor del príncipe y busca solo la reconciliación con su madre, una reina que se muestra en todo momento como un personaje perverso pero dotado de gran fuerza y magnetismo.
A este respecto, hay una escena muy interesante por su fuerza evocadora, y es aquella en la cual, el príncipe observa a lo lejos el idilio que mantienen la reina y el cazador llevado a la práctica. El príncipe, con la mera observación de tal hecho, queda perturbado hasta el punto de afirmar rotundamente estar enamorado de la reina. Se suponen aquí toda una serie de visiones obscenas, las cuales, claro está, son omitidas por Walser, quien sitúa el punto de vista en la reacción del príncipe, y por ello me parece una escena genial, porque se entrevé a través de la mirada trastornada del príncipe, las capacidades amatorias de la reina.
Toda la acción transcurre con el fin, perseguido por la princesa, de reconciliarse con su madre, poniendo en entredicho, por tanto, el mito clásico, y proponiendo de este modo, y a su manera, un final feliz un tanto sui generis, donde la reconciliación se da a costa de repudiar al príncipe, y de tapar todas las infidelidades y los intentos de filicidio.
Esta temprana obra de Walser, por tanto, es muy interesante, por como plantea una situación a partir de un texto clásico, además de estar escrita con un estilo bastante pulido. En la introducción de Carlos Ortega se cita a Walter Benjamin, quien al parecer dijo que Blancanieves era "una de las creaciones más significativas de la poesía moderna". Que duda cabe que Benjamin tubo una cultura bastísima, además de haberla leído en alemán, cosa que hace que mi opinión al respecto sea insignificante y ridícula en comparación, si bien puedo decir que me agradó la lectura de esta obrita, a la que encontré interesante y bellamente escrita.
Robert Walser.
1902. 57 páginas [55-112].
Ed. Icaria. Traducción de Carlos Ortega.
Blancanieves es un dramolette escrito por Walser a los 24 años y que publicó en la revista Die Insel. Se trata de una obra, por tanto, que publicó antes incluso de Los cuadernos de Fritz Kocher.
En ella Walser revisa el mito del cuento de los hermanos Grimm, situando la acción justo donde termina el cuento. Uno de los aspectos más interesantes de la obra es su referencialidad, que sitúa el plano de la metaficción en un grado distinto al cervantino, puesto que los personajes aquí no hacen referencia al cuento de los Grimm como personajes reales, sino como personajes mismos, es decir, que ellos mismos hacen referencia al cuento del que salen y cuestionan su veracidad en un plano casi metafísico.
Así, el personaje de Blancanieves repudia o reniega más bien, del amor del príncipe y busca solo la reconciliación con su madre, una reina que se muestra en todo momento como un personaje perverso pero dotado de gran fuerza y magnetismo.
A este respecto, hay una escena muy interesante por su fuerza evocadora, y es aquella en la cual, el príncipe observa a lo lejos el idilio que mantienen la reina y el cazador llevado a la práctica. El príncipe, con la mera observación de tal hecho, queda perturbado hasta el punto de afirmar rotundamente estar enamorado de la reina. Se suponen aquí toda una serie de visiones obscenas, las cuales, claro está, son omitidas por Walser, quien sitúa el punto de vista en la reacción del príncipe, y por ello me parece una escena genial, porque se entrevé a través de la mirada trastornada del príncipe, las capacidades amatorias de la reina.
Toda la acción transcurre con el fin, perseguido por la princesa, de reconciliarse con su madre, poniendo en entredicho, por tanto, el mito clásico, y proponiendo de este modo, y a su manera, un final feliz un tanto sui generis, donde la reconciliación se da a costa de repudiar al príncipe, y de tapar todas las infidelidades y los intentos de filicidio.
Esta temprana obra de Walser, por tanto, es muy interesante, por como plantea una situación a partir de un texto clásico, además de estar escrita con un estilo bastante pulido. En la introducción de Carlos Ortega se cita a Walter Benjamin, quien al parecer dijo que Blancanieves era "una de las creaciones más significativas de la poesía moderna". Que duda cabe que Benjamin tubo una cultura bastísima, además de haberla leído en alemán, cosa que hace que mi opinión al respecto sea insignificante y ridícula en comparación, si bien puedo decir que me agradó la lectura de esta obrita, a la que encontré interesante y bellamente escrita.
2 comentarios:
Hola Raúl, mi nombre es Laura. He leído tu post sobre Blancanieves de Walser. Llevo mucho tiempo tratando de encontrar el libro, pero no esta en bibliotecas y la editorial lo tiene agotado. Lo necesito para un trabajo de investigación, tal vez tú lo tengas ¿Es posible que me pases por mail la parte de Blancanieves? Sería de gran ayuda. Un salduo.
Lo saqué de la Biblioteca de Valladolid.
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